Cannes 2015: The Assassin (Hou Hsiao-hsien)
La quinta crónica de Carles Matamoros está dedicada, en exclusiva, a «The Assassin», la obra maestra de Hou Hsiao-hsien que se ha convertido en la máxima favorita para la Palma de Oro
La quinta crónica de Carles Matamoros está dedicada, en exclusiva, a «The Assassin», la obra maestra de Hou Hsiao-hsien que se ha convertido en la máxima favorita para la Palma de Oro
El filme juega a dilatar y aletargar esos momentos de contemplación en los que los personajes se quedan paralizados ante la visión del otro, privilegiando la creación de una atmósfera enrarecida y embelesada, que sabe transmitir perfectamente esa sensación de trance o hipnosis ante un acontecimiento inexplicable, ante una experiencia extraordinaria…
Andrea Franco y Julius Richard dialogan evocadoramente sobre la luz, el color, el cine experimental, Claudio Caldini, la periferia, la música de Standstill y muchas otras cosas más en su particular ensayo-crónica del festival (S8) 2013 celebrado en A Coruña.
Mediante el remontaje conjuramos una escena imaginaria que fusiona dos fragmentos de «Martha» de Rainer Werner Fassbinder y «Fear» de James Foley. Al hacer esto, las dos secuencias entablan un intenso diálogo de ida y vuelta, proyectan interpretaciones la una sobre la otra y sacan a la luz aspectos enterrados de su doble…
Por eso me emociona un amor tan inocente, tan grande como el de Resnais por todo lo que existe. Por eso me emociona tanto «Las malas hierbas», una película que recoge la idea almodovariana, garreliana, también la de Godard al final de «El desprecio» (Le mépris, 1963)…
Hay deseo, sí, pero también la racionalización, la sobrevalorización de este deseo… Igual que en «Mi tío de América», es el propio cine el que –tal y como Resnais subraya- alimenta las fantasías y proporciona unos ideales del yo que, a menudo, son inalcanzables en la vida real. Todo es tan glorioso, y también tan frustrante…
Ni la humillación ni el dolor ni el peligro inminente son causas de temor tan grandes para el auténtico viajero como la posibilidad real de dejar de viajar. He aquí un recorrido cinéfilo hasta «Tenemos que hablar de Kevin», donde un niño encarna la frustración de la mujer-viajera…
Ramsay está más cerca del Alien que del Humano. Solo hay que mirar las caras y los cuerpos de Samantha Morton en «Morvern Callar» y de Tilda Swinton aquí, fijarse en cómo las ilumina, las encuadra y las filma: son de otro planeta…
Como ocurre con los cineastas de género más inteligentes, la filmografía de Winding-Refn se puede leer como una progresiva recapitulación histórico-crítica de películas basada en la constante actualización de gestos cinematográficos ya ocurridos. Los elementos que maneja solo tienen sentido en un mundo creado y habitado por el cine…
¿Puede el cine obrar milagros? ¿Puede, como un curandero, tocarnos la mano y sanarnos el corazón? (…) La inmigración es un «macguffin» para celebrar la solidaridad de los desfavorecidos, la bondad de los extraños, el suave sentimiento de comunidad que nos protege.
Un festival puede ser una experiencia extasiante, tanto que tras pasar diez días en uno de ellos podemos sentirnos completamente superados por todo lo vivido y visto. Carles Matamoros pasó por el Fin del Mundo en la 44ª edición del Festival de Sitges, pero ha vivido para contarlo.