Archivo de la etiqueta: Existencialismo

Especial: Rick Alverson

Desde que en 2011 descubrimos «New Jerusalem», hemos seguido muy de cerca la carrera de Rick Alverson, que hoy es ya un cineasta consolidado con títulos tan incontestables como «The Comedy», «Entertainment» o «The Mountain». Aquí compilamos los artículos que hemos publicado sobre él en Transit.

An Elephant Sitting Still (1)

Apasionado artículo dedicado al monumental filme de Hu Bo, donde la cámara es una aliada de una serie de personajes desesperados, que intentan huir con determinación de una sociedad depredadora.

La mujer de la arena

Aunque Hiroshi Teshigahara nunca estuvo vinculado al movimiento “oficial” de la nueva ola japonesa, su filmografía de los sesenta compartía muchos de sus valores, especialmente el tema de la pérdida de identidad (que adquiere un singular relieve en una sociedad como la japonesa en la que el individualismo no es necesariamente percibido como un valor positivo)…

Sólo los amantes sobreviven

Los protagonistas son los personajes jarmuschianos definitivos: cogen los tiempos muertos, unidad básica y reconocible del cine del director desde sus inicios, y los exprimen hasta convertirlos en la esencia existencial de sus vigilias. Todo tiempo es muerto para un no vivo.

Hacia el movimiento perpetuo de «Slacker»

«It’s Impossible to Learn to Plow by Reading Books» es una película silenciosa, contemplativa y reiterativa en comparación con «Slacker», donde la verborrea propia de los personajes de Linklater calienta decididamente sus motores y la cámara se libera hasta límites insospechados.

Hacia las conexiones “animadas” de Ghost Dog

Recorrido por el universo referencial de «Ghost Dog: el camino del samurái», donde pueden rastrearse las huellas de Jean-Pierre Melville, Mary Shelley, de los propios Forest Whitaker y Jim Jarmusch, hasta llegar a la función anticipatoria de los «cartoons» en el filme.

Los trajes de Jim Jarmusch

De cómo el legado que el asceta samurái Ghost Dog le dejó al heladero ambulante Raymond reaparece, transformado pero reconocible, diez años después en el personaje que el mismo Isaach de Bankolé interpreta en «Los límites del control».