Sesión Julius Richard en Barcelona (18 junio en la sala Zumzeig)

La luz en el desierto

 

Las posibilidades inagotables del ensayo cinematográfico se manifiestan en la obra de un crítico tan singular y prolífico como Julius Richard (1983), al que tuvimos la suerte de publicar en TRANSIT durante varios años. Lo variopinto de sus propuestas (su visión teórica-filosófica sobre la historia del cine, su digresión alrededor de la basura en la animación y el arte contemporáneo, su decálogo sobre el cochematógrafo, sus crónicas-poemas desde Pantalla Fantasma, sus cápsulas audiovisuales improvisadas sobre cine chino digital, sus cartas apasionadas alrededor del celuloide exhibido en el (S8), su visión apocalíptica de Take Shelter, su celebración de esa tercera vía fílmica alternativa de Marey ante Lumière y Méliès, su videoensayo sobre partos fílmicos y la cámara-vagina,…) no impide que vislumbremos en el conjunto de sus textos (escritos y visuales) una visión del mundo y de sus imágenes, que se percibe con mayor claridad leyendo su compilación de artículos editada por Amargord: La requetemodernidad. Ensayos cinemáticos 2010-2015 (Madrid, 2016).

Fotografía de Julius Richard

Hay en su prosa, que estimamos escurridiza, digresiva, hipertextual, audaz, irónica, evocadora y menos críptica de lo que podría parecer, una verdadera celebración del cine más allá del relato, de las imágenes más allá del argumento, de la luz más allá del guión. Su visión un tanto desértica de la ficción contemporánea (el sueño de la modernidad ha terminado en una pesadilla de narraciones extenuantes y mortuorias) contrasta con su convicción de que la salvación del cine pasará por volver a filmar con los ojos de un niño; por dirigir la cámara de nuevo hacia al mundo físico, hacia el movimiento y los cuerpos, hacia todo aquello que sugirió Étienne Jules Marey con sus filmes primitivos y que pronto quedó olvidado (aunque la vanguardia, la animación, el cine-ensayo y alguna película narrativa sí han sabido dónde mirar). “Porque este pequeño cine, con un pensamiento balbuceante y una mirada que escucha, es aún una burbuja autoinmune, pura interioridad, pura posibilidad: el espíritu libre, transfigurado, transformado y feliz” (Julius Richard).

Portada y contraportada de La requetemodernidad

La requetemodernidad, que reúne la mayoría de ensayos cinematográficos publicados por su autor en TRANSIT y varios textos más de interés (entre los que cabe destacar una sólida propuesta sobre la pedagogía del cine en las escuelas que haría las delicias de Alain Bergala), bien puede verse como un complemento teórico a la obra de Julius Richard como cineasta experimental, que ha circulado felizmente en los márgenes de la industria y que es la prueba evidente de que sus deseos como crítico pueden manifestarse orgánicamente en imágenes y sonidos. Por ello, se nos antojaba de lo más coherente presentar su libro en el marco de una sesión especial dedicada a sus filmes, que exhibiremos por primera vez en Barcelona el próximo domingo 18 de junio de 2017 en la sala Zumzeig (Calle de Béjar, 53), a partir de las 19 horas. La proyección, en la que Julius Richard estará presente y participará en un coloquio con los asistentes, constará de cuatro filmes:

YO, UN CHINO (2011 / color / sonora / hd / 30 min)
ROSTROJO (2014 /color /silente / mini-dv / 6 min)
FLOR R(EC)OMP(ON)IÉNDOSE (2016 / b-n / sonora/ mini-dv / 6 min)
ME GUSTA BAILAR PERO NO EN EL AIRE (2016 / b-n / sonora / mini-dv / 51 min )

[Se pueden adquirir entradas para la sesión en este enlace]

Los títulos elegidos para la sesión buscan ser un reflejo estético de los ensayos publicados por el cineasta en TRANSIT y entre ellos cabe destacar muy especialmente Yo, un chino, un trabajo construido a partir de las crónicas audiovisuales filmadas por Julius Richard durante su cobertura para esta web del ciclo “Sombras digitales: Cine chino de última generación”, programado en el Festival de San Sebastián 2011. El cronista abordó (con imágenes improvisadas capturadas por su cámara en distintos lugares de la ciudad donostiarra) las películas exhibidas de Jia Zhang-ke, Wu Wenguang, Xue Chan, Liu Jiayin, Wang Bing, Huang Weikai, Ying Liang, Pema Tseden y Zhao Ye. El resultado, pixelado y urgente, expresa bien sus sensaciones tras ver aquellos filmes y constata que la crítica del presente puede dialogar con los cineastas con su mismo lenguaje audiovisual.

Las manos de Julius Richard en un plano de Flor r(ec)omp(on)iéndose

Dos trabajos casi abstractos como Rostrojo y Flor r(ec)omp(on)iéndose buscan ser una muestra de las cápsulas kino-poiéticas con las que Julius Richard revela la belleza del mundo físico con su cámara. La brevedad de estas piezas antecede a la proyección de una de las películas más extensas de su trayectoria: Me gusta bailar pero no en el aire (MGBPNEEA), que sintetiza sus reflexiones cinemáticas plasmadas en los textos de La requetemodernidad. Se trata de un western que le debe tanto a  Arthur Penn y a Sam Peckinpah como a E.J. Marey, Lav Diaz o Gregory Markopoulos. Un filme que, en palabras de su autor, propone “una nueva visión, aluzinada e hipnótica, del mito de Billy the Kid y su asesinato por parte de Pat Garrett”; una película primitiva plagada de fantasmas y mitos cuyo argumento no es más que un cadáver: “un hombre sigue a otro para matarlo”.

Palabras, imágenes y sonidos para una sesión en la que, como diría Richard, no dejaremos que nada se interponga entre nosotros y la luz. El desierto crece y hay que inmunizarse.

Cartel de la versión en blanco y negro de Me gusta bailar pero no en el aire

 

© Carles Matamoros, junio de 2017