La mirada de Víctor Erice
Este artículo vincula escenas de filmes de Víctor Erice con otras pertenecientes a películas de Dreyer, Ford y Chaplin y hace visible el legado de la historia del cine latente en las imágenes.
Este artículo vincula escenas de filmes de Víctor Erice con otras pertenecientes a películas de Dreyer, Ford y Chaplin y hace visible el legado de la historia del cine latente en las imágenes.
El autor aborda la evolución del cine de Tsai Ming-liang en su etapa digital a partir de su último filme. En la crítica se habla de la hipnosis de las tomas largas y del deseo de los cuerpos, además de establecerse un diálogo entre «Days» y «The River».
El pasado 18 de octubre Santa Coloma de Gramenet acogió la celebración de la 9º Jornada del Cineclubismo Catalán con una invitada de excepción, la gran Agnès Varda. La artista belga mantuvo una conversación con José Luis Guerín y con el público asistente.
He aquí una primera aproximación al modo en que el cine explora esa “zona indiscernible, indecible” entre lo humano y lo animal. Y cómo, estéticamente, lo animal se anuncia como una fuerza plástica tendente al desbordamiento de la narración o de la figuración. Ejemplos de Berger, Chaplin, Grandrieux, Deutsch, Epstein, Laughton, Tourneur…
¿Puede el cine obrar milagros? ¿Puede, como un curandero, tocarnos la mano y sanarnos el corazón? (…) La inmigración es un «macguffin» para celebrar la solidaridad de los desfavorecidos, la bondad de los extraños, el suave sentimiento de comunidad que nos protege.
¿Qué es la crítica hoy en día? ¿Algo diferente, quizá, de lo que era 15 años atrás cuando Internet no pasaba de ser una incipiente realidad llena de misterios y promesas? …¿estaría entonces la Red dando forma a una “nueva crítica”?
El desconocmiento de la figura de Max Linder bien merece una reinvindicación. Porque aunque hoy no sea más que un triste «fantasma anónimo», su trayectoria se nos antoja esencial en el nacimiento de un cierto lenguaje fílmico.
No es que sea una de sus mejores películas (¿volverá algún día a ofrecernos un título tan rotundo como lo fue Hana-Bi?), pero sí sabe, al menos, canalizar sus actuales intereses y obsesiones sin convertir la pantalla en un muro de extravagancias que deje fuera de juego al espectador.