Archivo de la etiqueta: Jeff Nichols

Especial: La peli que habito

¿En qué película, si tuvieras que elegir, te quedarías a vivir? Veinticuatro colaboradores transiteros aceptan este juego de imaginación cinéfila donde cruzan la pantalla, reinventan otros yoes posibles, vuelven a casa o invocan un imposible.

Mud

Antes que con la aristocracia, «Mud» emparenta con la cultura popular. Nichols revive cintas olvidadas y maravillosas, que ya lucían andrajosas en la estantería del videoclub, pero a las que el tiempo ha vestido de domingo…

Vila do Conde 2012

«…Aquí la admiración se queda dentro de uno, y como mucho emerge en forma de mirada tímida y fugaz: ‘Su cine es maravilloso’ –les dije en secreto a Thom Andersen, a Olivier Assayas, a Philippe Garrel»: crónica del 20º Curtas Vila do Conde.

Cannes 2012 (2)

Si por algo pasará a la historia esta edición del certamen francés será por acoger el retorno al cine de Leos Carax tras quince años. Y que este retorno del hijo pródigo del cine francés fuera celebrado con un júbilo inaudito en la correspondiente sesión de prensa…

Cannes 2012

Un recorrido por Cannes 2012. Un viaje con parada en diez estaciones que, a partir de las pinceladas sobre muchos de los filmes vistos allí, nos demuestra que la identidad -en sus distintas formas, acepciones y acercamientos- fue la gran protagonista de este festival.

Take Shelter (1)

De cómo el “terror” y la “crisis” dejan de estar ahí afuera para estar bien dentro: o de cómo abandonan las luengas barbas y los turbantes y pasan a llevar trajes a medida y los pómulos rasurados. “Arrepentíos…”: Dicen, al unísono, Jeff Nichols y el Curtis LaForche que interpreta escrupulosamente Michael Shannon, con Jesús de Nazaret y Sigmund Freud.

Take Shelter (2)

Jueves 5 de abril, 1:42h. Algunas anotaciones después de ver «Take Shelter». Un texto apresurado, pero apasionado… Y unas imágenes cazadas al vuelo…

25º Festival de Leeds (2011)

Leeds tiene una relación intermitente con el cine. Aquí se grabaron las primeras imágenes en movimiento en 1888 a manos de Le Prince, quien desapareció misteriosamente dos años después sin haber tenido la oportunidad de hacer público su invento.