Peter Hutton: Cuaderno de notas*

“Voy a enseñaros el mundo que veo”


Peter Hutton, uno de los artistas más comprometidos con la observación directa del mundo, acompañó en persona la retrospectiva que el VII Documenta Madrid
quiso dedicarle y de cuyo comisariado estuvo a cargo Carlos Muguiro. Habiendo aceptado la invitación para ver el mundo a través de los ojos de este nativo de Michigan y marino aventurero, el texto siguiente se compone (tres meses después) de la reelaboración de las notas tomadas durante aquellos días de mayo y de algunos recuerdos que dejó tan intensa experiencia visual. A su vez, pretende hacer de complementario de la entrevista a Hutton realizada por el compañero Víctor Paz en idéntico escenario.

1. «Cuaderno de notas» para capturar instantes:

Peter Hutton (1944) utiliza la cámara como una “stylo” con la que toma nota de sus viajes y otras vivencias, recoge sensaciones y colores, flujos, procesos y cambios de/en la naturaleza, impresiona recuerdos visuales que poder guardar, bobinas-diarios de memoria personal, instantes de belleza torrencial para un espectador sumergido en sus misteriosas imágenes silenciosas.

 No me siento como que hago películas en el sentido tradicional del término, sino diarios o cuadernos”.

Images of Asian Music (A Diary From Life 1973-1974): Confeccionar un diario de a bordo, un diario marino, de viaje marino y filmar una pelea de gallos de las que tienen lugar de vez en cuando sobre la cubierta. Gallos peleones, pero filmarlos no desde aquí, sino desde su propia altura.

2. Fe en la imagen:

Formado previamente en otras disciplinas artísticas como la pintura, la escultura y la fotografía, hereda de todas ellas su fe exclusiva en la imagen (todo el cine de Hutton está desprovisto de sonido), en las formas circundantes y en la luz que las modula y que posibilita una misteriosa percepción. Peter Hutton, entre el contador de historias y el cronista de viajes, se enorgullece al calificarse como un artista “primitivo” cuyo cine enraíza con la tradición del mudo, la toma única y los apuntes del natural. Más propio del siglo XIX como su compatriota y afín James Benning.

 

 Todavía estoy fascinado por el período en el que el cine era un acto fenomenológico”.

July’71 in San Francisco: Un hombre hace pis mientras el agua de un grifo corre, una madre y una hija hacen trenzas de pan, una pareja muestra su compenetración y cariño ante la cámara. Vida hippie en una comuna. La ropa tendida se balancea con el viento. Patos, orugas, gallinas y un desplume.

3. Los límites del proceso:

Llegó a mimetizarse con su bólex 16 mm., a la manera de un fotoperiodista, para que no se le pasara por alto ningún instante valioso. Superó las limitaciones económicas y técnicas de sus inicios con intuición, paciencia y espontaneidad y ha llegado a convertirlas en marcas de estilo, una rúbrica muda y blanquinegra en muchos de sus filmes. Hutton, un apasionado del “proceso” -el seguido por la misteriosa química del celuloide o los desarrollados por una tormenta o un río-, plantea sus dudas sobre el digital.

 El proceso creativo es lo más excitante”.

At Sea (2007): nacimiento, vida y muerte de un barco. Crónica de un proceso biológico.

4. Mar, madre:

El mar como origen de todo, del mundo y del hombre, que en este caso concreto se forjó durante toda una década transoceánica por el sudeste asiático, Sri Lanka, el Golfo Pérsico… Atravesar el agua, mar o río, por y para el viaje. Y así Hutton narra con entusiasmo las peripecias de los polinesios, avezados en leer orientaciones geográficas en las nubes o en anticipar las características de la corriente durante su travesía. Su entrenamiento como marino suscitó una agudización sensorial para leer el entorno con otros ojos.

 Mis viajes fueron mucho más importantes que lo que aprendí en la escuela”.

Study of a River (1996-1997): Cine marino y de bruma fantasmal. Entre el cielo y la tierra, el mar. Hutton se convierte en enumerador de las múltiples caras y facetas de su familiar río Hudson, un río siempre en transición y ahora en deshielo.

5. Percibir el entorno:

¿Por qué nos hemos acostumbrado a no observar apenas en derredor? ¿Por qué se nos pasan por alto la amalgama de tonalidades de los colores, los diferentes avisos de las nubes, las fases de un río y/o casi toda la gente que pasa por la calle? Sus viajes en barco fueron modulando su ojo de artesano y en sus imágenes encuentran rima todas las ciencias posibles: desde la antropología y la entomología, pasando por la sociología, la biología y la oceanografía, y alcanzando momentos de colosal espectáculo visual del que a su vez trasciende una especie de armonía espiritual y/o cósmica. Su casi imposible: capturar una tormenta.

 Había un mundo frente a nosotros al que no prestábamos atención”.

New York Portrait (1978-1990): Lejos de “empaquetar el mundo”, aproximarse a su respiración natural.

6. Hipnosis, juegos de ritmo y cortes:

Hutton pretendía “meditaciones visuales”: los colores, la luz, ritmos abstraídos, cortes somnolientos imitando el sucederse de las páginas de un viejo álbum de fotos de su padre que revisitaba con fruición siendo niño. Un corte fundido, la duración de un parpadeo y un instante de oscuridad. Sugerir la hipnosis, soñar despierto. Y dice que cuanto más viejo es, películas más lentas hace.

 Algunos de los mejores momentos de mi vida han sido durmiendo”.

New York…: Aunque es un hombre de mar, también ha sido habitante de tierra. Concretamente de una de sus ciudades, Nueva York, capturó muchas luces y muchas sombras -en New York, Near Sleep (for Saskia) (1972) y su “trilogía de Nueva York” (New York Portrait)-, aunque también ha retratado otras coordenadas, como cuando en los ochenta le dio por los países del este y documentó las grisáceas Lodz (Lodz Symphony, 1991-1993) y Budapest (Budapest Portrait (Memories of a City), 1984-1986).

7. Imaginación

Imaginación que nace de la paciencia y de una intuición desarrollada tras años de experiencia. Imaginar como un acto libre, pero también solitario, viendo confrontado el mundo ante uno. Perseguir instantes en el tiempo y ante la percepción del misterio, quizás irrevelable, nos quedamos boquiabiertos.

 Estoy más comprometido con mi imaginación”.

In Titan’s Goblet (1991): un mar de nubes, columnas de luz, corrientes de humo. La luna irrumpe y asciende. Ahí podría discurrir cualquier historia.

8. Perpetuum Mobile:

Hutton. Dice que puede pasarse todo un día contemplando cómo se seca la pintura en una pared y observar tan leve movimiento requiere práctica y atención. Pero, en realidad, tampoco nos detenemos (en realidad, poco nos detenemos) a observar el movimiento de lo ya de por sí móvil y alucinamos con sus planos del pedaleo de una bici o del balanceo de un columpio. Direcciones, geometrías y acciones meteorológicas. Surcos: nubes en el cielo, barcos en el mar, personas en la tierra.

“Soy una persona que filma”.

July’71 in San Francisco: De una bici y de un columpio.

9. Luz / Ausencia de luz:

Y en el origen, la luz, desprovista de sonido. La luz que moldea las formas circundantes, la que posibilita la misteriosa experiencia perceptiva que aguarda al espectador del cine de Peter Hutton.

 (El cine te da) una fracción tan pequeña del placer de mirar las cosas…”.

 


Boston Fire (1979): siluetas humanas se afanan por extinguir las llamas, la luz tratando de ocultarse en el recoveco más imprevisto de la pantalla, las sombras avanzan en la naturaleza mientras la naturaleza se quema y el diminuto hombre trata de ponerle remedio. ¿Pequeños playmóbil o gigantes de lego?

* Mi encuentro con el cine de Peter Hutton seguramente no se habría propiciado si Raúl Pedraz no se hubiera preocupado por colocarme varias moscas detrás de la oreja, además de  proporcionarme entusiasta información y el descubrimiento de este Screening Room de Robert Gardner. Berlin por todo ello.