Introducción a Sitges 2015
Intro/Previa
Empezamos esta cobertura sentados en una mesa blanca, entre paredes grises (literal y metafóricamente), pero no estamos aún en Sitges. De hecho, estamos a semana y media del inicio del festival, aunque nuestra mente lleve ya un tiempo desplazada a ese lugar de la costa catalana que nos acoge cada mes de octubre.
Nos acompaña para la ocasión el plural de modestia. Muy posiblemente vaya a acompañarnos durante todo el festival, aunque procuraremos ser mudables a los estados que nos provoquen las películas y la experiencia, y quizás adoptemos la primera persona, por fin. Aun así, ahí está ese plural del que hablábamos, una causa directa de haber leído recientemente el dossier sobre Crítica y Festivales que ha publicado en su web la ACCEC (Associació Catalana de Crítics i Escriptors Cinematogràfics). En él, auténticos pesos pesados de la crítica reflexionan sobre la tarea a la que nos vamos a enfrentar estos días: dilucidar la programación de un festival; y, como consecuencia de su lectura, una gran sensación de indefensión, de miniatura, de empequeñecimiento, nos aturde. Las inseguridades afloran, la exigencia hace acto de presencia, y de ahí que días antes estemos ya pensando en cómo abordar la tarea.
Sitges no es un festival cualquiera, llevamos visitándolo doce años. El conocimiento sobre el festival es un aliado que nos permite no dar nunca nada por sentado con él. Sitges es experiencial, agotador, ilusionante y ofensivo (normalmente por su organización) a partes iguales… Sitges es, sobre todo, apasionado. Y así es su público también. Y así nos gustaría ser nosotros para traspasar ese sentimiento a nuestra cobertura. Precisamente por ese conocimiento histórico, llamamos a la prudencia cuando, ante los títulos anunciados, notamos cierta indiferencia. Prevemos interesantes la sección de Noves Visions, para la ocasión dividida en Plus (con debutantes o casi en su haber) y One (dedicada a las nuevas obras de directores reconocidos: Kaufman, Zulawski, Tsukamoto, Rodrigo García, Sion Sono, Oshii, Kitano, Almereyda, Winterbottom…), y la Midnight X-Treme (la sección que en el recuerdo de muchos se mantiene como la más Sitges de las del actual Sitges). Este año, además, la gran filiación del festival hacia el thriller se hace evidente incluso en su homenajeada: Se7en…
Sin embargo, mirando la sección oficial a competición notamos cierta apatía.
Non ti preoccupare
Sitges es el festival de las joyas ocultas, de la lapidación tribal a títulos que a nosotros nos parecen memorables, de la experiencia de la extenuación más que de las grandes dosis de cinema de qualité. Es el festival cinéfago por excelencia, la cinefilia la apartamos durante su duración, pero además es el lugar donde más pases magistrales hemos vivido, llenos de anécdotas y de momentos catárticos. Sí, quizá todo esto suene a hipérbole, pero ¿qué mejor manera de empezar esta cobertura que apelando a ese espíritu aglutinante y exagerado del festival?
Entre dudas, entre preguntas sin respuesta, empezamos el festival… Pero todo sin olvidar las sabias palabras de Sergi Sánchez en ese dossier del que antes hablábamos: “las primeras impresiones engañan, abundan los errores de juicio precipitado, pero es un reto lanzarse al vacío.”
Dispuestos a habitar ese vacío, a equivocarnos, nos adentramos sin más en Sitges. ¿Me acompañáis? ;)
© Mónica Jordan Paredes, octubre 2015