Electroma / Carretera asfaltada en dos direcciones

Inflames

 

 

Decidirse, coger impulso y marcharse. Tomar la carretera, seguir los indicadores urbanos hacia la primera  salida o hacia la salida que conduzca más lejos. O tomar la vía del tren y largarse al campo, a corazón abierto, siguiendo los caminos de piedras y arena, los senderos desconocidos. Coger el camino entero hasta donde lleve sin ningún destino concreto. Escapar, huir de la civilización, de lo de siempre, del ruido, de la gente, de las normas preestablecidas, de las anestesias irreversibles, de la ciudad… Convertirse en prófugo: de la ley, del sistema, del propio pasado, de uno mismo si es necesario. La utopía en el deseo. Marchar sin rumbo, sin rumbo fijo… y a la deriva, siempre a la deriva para reconstruirse, desmontarse o tener el privilegio de autodestruirse, sin intermediarios o con ellos, sin fechas de caducidad marcadas en la solapa, simplemente un segundero en cuenta atrás. Ser al principio uno y luego dos, o dos y luego tres, sin preguntas, sin permisos, sí porque sí. El camino por el camino, por qué el camino.