Entrevista a Santiago Fillol a propósito de ‘Matadero’
Dialogamos con el director argentino tras la presentación de su último largomentraje en el festival L’Alternativa.
Dialogamos con el director argentino tras la presentación de su último largomentraje en el festival L’Alternativa.
En este ensayo el autor se acerca a tres películas españolas rurales recientes, «Destello bravío», «El agua» y «Espíritu sagrado», donde es perceptible un trabajo con la abstracción y con lo fantástico para filmar la ausencia.
A partir de «found footage» de una entrevista televisiva y de una actuación de Thelonius Monk, este documental de Alain Gomis cuestiona las imágenes de los «mass media» y persigue una cierta «verdad» en los gestos del músico.
¿Cómo filmar el Holocausto sin caer en la abyección? La cámara de Nemes penetra en la cámara de gas, como penetra Saúl para recoger los cuerpos recién aniquilados, pero es una cámara que en vez de filmar, mira, padece y mantiene en fuera de foco lo que es demasiado insoportable para sostener la mirada.
El límite de las convicciones En Imágenes pese a todo, Georges Didi-Huberman rendía un inspirador tributo a los Sonderkommando, a aquellos prisioneros judíos en los campos de exterminio que, antes de ser asesinados, se veían obligados a trabajar durante días en las cámaras de gas
¿De qué manera trabaja el vídeo-ensayo con las dialécticas pensamiento / acción, mente / cuerpo o intelecto / sensibilidad? ¿Existe una frontera a partir de la cual el ensayo audiovisual deja de ser crítica de cine? ¿Cuáles son las características del contexto tecnológico que ha propiciado su emergencia?
Gato y músico conforman esa clase de marginados que sobreviven cual luciérnagas en la frontera, entre su propia oscuridad y la luz cegadora de los triunfadores. Llewyn solo resplandece en el escenario, siempre discreto, cuando interpreta su música enfrentándose al público…
Un «método peligroso» retrata la transformación de un cuerpo, el de Sabina. Un cuerpo al inicio del filme transido por la demencia que en la secuencia final alberga en su seno una nueva vida. Pero lo que está en cuestión aquí no son ni los cuerpos ni la carne sino la palabra que se adueña del espacio discursivo y compositivo.
En la escena más polémica de «A Serbian Film» una madre da a luz a su bebé. A continuación, aparece en pantalla un fornido hombre que agarra al recién nacido y lo sodomiza. Lo más desgarrador de la escena es la sonrisa cómplice de la madre hacia el verdugo. En esa sonrisa, Srdjan Spajosevic evoca al Horror en mayúsculas, al Mal Absoluto…
En los trabajos de David Lynch, la imagen siempre se repite: la figura femenina emergiendo de un fondo oscuro. La figura femenina blanca, rubia y apolínea, rozando, paradójicamente, lo espectral. Un cuerpo femenino representado como un surgimiento…
El mandamiento ético de los más «in» -irrepresentable, inimaginable e intestimoniable- ha marcado las pautas de la representación moderna y ha terminado por constituirse como un velo que impide ver la realidad… Por ello, conviene volver a imaginar.
Es un pequeño ejercicio hecho a partir de unos apuntes sueltos sobre el cine moderno. No tiene más pretensiones que probar construir un texto donde la imagen opera dentro tgal como si fuera una palabra o frase más; una especie de texto en pictogramas.