El regreso de Toshiro Mifune a Las Palmas

La conexión pesquera entre japoneses y canarios

Toshiro Mifune (1920-1997) hizo ciento veintiséis películas para cine y diecisiete para televisión, protagonizó dieciséis de las treinta películas de Akira Kurosawa, e influenció a varias generaciones de directores y guionistas, siendo especialmente recordado por sus películas de samuráis o jidaijeki (1). Formó su propia compañía, Mifune Productions, abrió una escuela de interpretación, e incluso dirigió una película, Gojuman-nin no isan (1963). Se declaró siempre fiel al espíritu japonés, encarnó en el imaginario colectivo cierto ideal de la identidad nacional de posguerra, y se convirtió en el actor de Japón más conocido en Occidente. Recibió prácticamente todos los premios internacionales habidos y por haber, y trabajó hasta sus últimos días de vida. Su registro e intensidad, la expresividad de su rostro y economía de gestos, le permitían comunicar mucho en poco metraje, por lo que su potencial expresivo era equiparado al de las estrellas del cine mudo.

Fotograma de "10.000" millas de borrasca"

A finales de los sesenta, con la crisis del clasicismo y la emergencia de los nuevos cines, la Toho y el sistema de estudios japonés en su conjunto buscan reinventarse con coproducciones internacionales y elencos all-star (2). Mifune se avino a ello con la idea de incrementar su popularidad internacional, especialmente en Estados Unidos, y ofrecer algo nuevo y diferente al público de su país. En mayo de 1966, firma el contrato para hacer su primer papel como protagonista en una película americana, Infierno en el Pacífico (Hell in the Pacific, John Boorman, 1968), drama de la II Guerra Mundial sobre un soldado japonés y uno estadounidense abandonados en una remota isla del Pacífico Sur. Pero la obra acumula retrasos debido a problemas con la coproducción y el coprotagonista Lee Marvin. Así que a fin de seguir trabajando mientras su productora lucha por mantenerse a flote, el actor emprende dos nuevos proyectos. Uno de estos iba a convertirse en la primera película totalmente financiada por Mifune Productions, 10.000 millas de borrasca (Doto ichiman kairi, 1966), mayoritariamente rodada en el nuevo estudio de Mifune, aunque para los exteriores se eligió las Islas Canarias (3).

Para llevar el proyecto a buen puerto, Mifune escogió al pausado y entregado Jun Fukuda (1923-2000), que iba a dirigir por primera y única vez a Mifune. Fukuda, que había destacado con algunos thrillers y películas de acción, y alguna entrega de la espectacular saga Godzilla, era un estupendo artesano “capaz de hacer un trabajo excelente, consiguiendo a menudo sacar algo de donde no lo había prácticamente en cualquier género. También debía ser muy eficiente rodando en exteriores en el extranjero, razón por la cual seguramente Mifune le escogió y Toho confió en él durante la mayor parte de su carrera”. Pese a esto, “para ser un hombre que vivió la Época Dorada de finales de los cuarenta y los cincuenta, trabajar como director en los sesenta era una decepción”, por lo que en ocasiones juzgó con severidad sus propias obras y larga trayectoria (4).

Los términos de la colaboración fueron los siguientes: “Mifune pasó las últimas semanas de diciembre de 1965 organizando el film en Madrid, mientras que Jun Fukuda, su director, se fue a buscar exteriores. La mayor parte de ambas películas se iba a rodar realmente en Tokio, pero Mifune quería el suficiente metraje de exteriores para que estas tuvieran ese aspecto internacional que suponía iba a aumentar su comercialidad en el extranjero. Asignó dos semanas de rodaje con Fukuda en las Canarias para 10.000 millas de borrasca, y el director recordaba lo refrescante que resultaba rodar allí en lugar de hacerlo en las bulliciosas calles de Tokio a las que estaba acostumbrado: “‘…Cuando estábamos rodando 10.000 millas de borrasca, la policía detuvo el tráfico durante medio día para nosotros; eso nunca hubiera pasado en Japón’.” (5)

Según parece, la ayuda técnica local permitió acabar el rodaje de exteriores tres días antes de los previsto, la contrapartida no era desdeñable: “Si bien es cierto que en Tirma [La principessa delle Canarie, Paolo Moffa, Carlos Serrano de Osma, 1954] ya se hacía mención a Gran Canaria por el propio contexto histórico de la cinta, realmente, sería con el rodaje de la película japonesa 10.000 millas de borrasca cuando por vez primera se asociaría en un largometraje de ficción el territorio isleño con su verdadera identidad. Este hecho no fue algo fortuito, ya que se quería resaltar la relación real existente entre Japón y Gran Canaria a través de sus relaciones comerciales pesqueras.” (6)


Preparativos, rodaje y agradecimientos

El rodaje y paso de Mifune por Canarias tuvo gran repercusión en la prensa local del momento (7). El sábado 27 de noviembre de 1965, Diario de Las Palmas recogía en portada la noticia de la llegada del actor japonés al Aeropuerto de Gando, en una primera visita que tenía como objetivo conocer los lugares en que su productora llevaría a cabo la filmación. Las páginas de Información general ampliaban la noticia con declaraciones de Mifune conseguidas por el periodista Luis García Jiménez, que como el texto en portada venían acompañadas de fotografías del actor y productor tomadas por Hernández Gil. Mifune llegaba para apenas dos días acompañado de Koichi Takenaka, productor cinematográfico de la Toho, que supuestamente se responsabilizaría de distribuir en todo el mundo este título encargado por la empresa pesquera Taiyo Fishing (8). El rodaje de 10.000 millas de borrasca iba a iniciarse el 10 de enero de 1966 y se prolongaría dos semanas. Para filmar este título sobre pescadores de atún japoneses en aguas canarias vendrían de Tokio unas treinta personas, entre estas cinco actores y una actriz. Con recurrentes alusiones a la importancia del rodaje para Las Palmas, la conversación con el periodista transcurría entre elogios a Mifune y el cine japonés. Así, se mencionan en el artículo los nombres de Kurosawa, Mizoguchi, Okamoto, Teshigbara, Hani Sumusu, Oshima, además de la situación de la producción cinematográfica de ese país. Una semana después, el 4 de diciembre de 1965, la página 15 de El Eco de Canarias ampliaba información sobre las localizaciones del rodaje, bajo un titular que celebraba la promoción de La riqueza turística de Las Palmas en una película japonesa: calle Triana, Parque de Santa Catalina, Pueblo Canario, Ciudad Jardín, Aeropuerto, Puerto, iglesias, comercios, salas de fiesta, el mundo de la noche de Las Palmas, platanares de la costa Norte y la Navidad Canaria. Hasta 25 minutos de metraje documental de la ciudad y la isla.

El 15 de enero de 1966, El Eco de Canarias y Diario de Las Palmas anuncian la llegada de Toshiro Mifune y Mie Hama a la isla, el primero mostraba en portada fotos de sus rostros y un breve texto bajo el título Famosas «estrellas» del cine japonés, el segundo se fijaba en los Preparativos para el rodaje de ‘Diez mil millas de borrasca’ y adjuntaba un breve intercambio de Ferrera Jimenez con la actriz junto al retrato de Mifune publicado en portada el 27 de noviembre. El 19 de enero Diario de Las Palmas incluye una breve nota de prensa acompañada de una fotografía de Hernández Gil en la que se refleja un momento de la filmación en los exteriores de la Clínica de Nuestra Señora de La Paloma, actual Hospital Policlínico de La Paloma, en Las Palmas de Gran Canaria, complejo que precisamente venía de ser inaugurado en 1965. El 21 de enero se menciona la filmación del día anterior en el aeropuerto de Las Palmas, coincidiendo con la llegada del DC-8 de KLM “se trasladaron al aeropuerto los equipos de filmación de la productora de Toshiro Mifune y por espacio de buen rato tomaron secuencias de la llegada de aviones, del tráfico de pasajeros y finalmente exteriores en los que tomaron parte los actores japoneses”.

El 25 de enero el Diario de Las Palmas anuncia la celebración de un cóctel con motivo de la finalización del rodaje en la isla el día anterior y para agradecer a cuantas personas habían colaborado en el mismo. Tras completar el rodaje en Japón, se calcula que la película iba a estar terminada para finales de abril o principios de mayo. Mifune manifestaba por entonces la posibilidad de volver a rodar una nueva película en la isla, “ya que sus escenarios nacionales y la cordialidad de sus habitantes le habían conquistado”. En la misma línea, y bajo el titular Terminó el rodaje de «10 mil millas de borrasca», se expresaba ese 25 de enero Pedro González-Sosa en la página 3 de El Eco de Canarias, quien además mantenía un breve diálogo con Mifune: “Escogí estos escenarios en la teoría —antes de trasladarme aquí— porque sabía que trabajaban infinidad de pescadores japoneses y ello me facilitaba la labor (…) En la realidad —ya conocidos los escenarios— he quedado más que satisfecho. No ya solo por la existencia de compatriotas que facilitaron mi labor, sino con la obtención de colaboraciones desinteresadas por todas partes y unos escenarios naturales —del puerto, de la ciudad y de la isla— que me han hecho pensar positivamente en la conveniencia de una nueva película mía rodada en Gran Canaria (…)”. El 9 de marzo, Diario de Las Palmas y El Eco de Canarias publican una carta de agradecimiento de Mifune, quien meses después seguía expresando el buen recuerdo que guardaba de su paso por la isla: “(…) Estoy satisfecho con el resultado de mi filmación en esa bella isla. Ahora estamos filmando la parte que todavía nos queda incompleta. Creo que será una obra excelente. Se estrenará dentro de este año en Japón. Quisiéramos que la exhibición de esta película en su país sea realizada y sirva para la promoción de la cultura y la amistad entre los dos países”.


Larga desaparición para el público local

Finalizado el rodaje en Canarias, Mifune se fue una semana a Teherán para rodar en el desierto parte del metraje de Kijango no boken (Senkichi Taniguchi, 1966), una película para niños ambientada en la Ruta de la Seda sobre dos personajes que buscan las cenizas de Buda. Tras el estreno de ambas, que tuvieron una acogida más bien tibia entre público y crítica, Mifune trabajó por Europa como actor invitado en la superproducción Grand Prix (1966) de John Frankenheimer. Mientras tanto en Canarias, la Cartelera de proximidad seguía dando cuenta del paso de Mifune por las pantallas locales: 24 y 25 de agosto de 1966 Siete valientes, 10 de diciembre de 1967 Ánimas trujano, 4 de junio de 1968 Grand Prix, 31 de julio de 1968 Barbarroja, 9 de abril de 1972 Sol Rojo, 7 de marzo de 1973 La batalla de Japón, 8 de septiembre de 1973 Safari 5000, 24 de junio de 1975 Infierno en el pacífico en TVE Canarias… Pero la película rodada en Canarias no llegaba y, con el paso del tiempo, los filmes de Mifune fueron perdiendo presencia en la prensa local, igual que sucedió con las numerosas salas de cine que habían proyectado alguno de sus títulos: Rex, Bahía, Scala, La Luz, Capitol, Triana, Cuyas, Los Angeles, Cineclub Universitario, Colegio San Ignacio de Loyola… El 9 de julio de 1990, José Ferrera Jiménez recordaba para el Diario de Las Palmas la entrevista inédita con Mifune de 1965, donde tras repasar localizaciones y fechas del rodaje, y afirmar que su mayor ilusión era dar a conocer en todo el mundo el cine japonés, hablaba de ofertas para trabajar con productores norteamericanos, hasta acabar con un “No le digo adiós, sino hasta pronto, ya que espero volver a esta isla a disfrutar de unas vacaciones”; el escrito a toda página se complementa con datos biográficos del actor, un retrato de él firmado, otro de la actriz Mie Hama a su llegada a Gran Canaria, y la fotografía del rodaje en la Clínica La Paloma de Hernández Gil publicada el 19 de enero, 25 años antes. Mifune murió el 24 de diciembre de 1997, menos de nueve meses antes del fallecimiento de Akira Kurosawa. A partir de entonces, las referencias al actor japonés en la cartelera local serían básicamente indirectas, como con la programación de la película danesa de 1999 dirigida por Søren Kragh-Jacobsen Mifune (Mifunes sidste sang).

Por fin, el sábado 20 de abril de 2024, la sala 8 del cine Yelmo Las Arenas, albergaba la largamente esperada proyección y estreno en Las Palmas de 10.000 millas de borrasca, casi seis décadas después del rodaje (9). La película proyectada, de Mifune Productions Co. Ltd., con ventas internacionales a cargo de Toho (10), era una copia en 35 mm escaneada por el Berkeley Art Museum and Pacific Film Archive, y subtítulos cedidos por el Centro de Cultura Audiovisual Gran Canaria. La histórica sesión iba precedida por una presentación en sala. Para Luis Miranda, director del Festival Internacional de Cine de Las Palmas, si bien “hay teorías sobre la posibilidad de que exista por ahí alguna copia en 16 mm que pudiera estar vinculada a proyecciones en el Puerto de la Luz, no parece que se estrenase nunca la película en Las Palmas, con lo cual es posible que esto hasta sea un estreno, un poco tardío si se quiere.” Sergio Morales, coordinador audiovisual del Centro de Cultura Audiovisual Gran Canaria, proseguía agradeciendo “al Festival que haga este estreno, entiendo que en la ciudad, salvo que los historiadores lo desmientan, es un estreno”. Sebastián Torres, investigador que localizó la primera copia, añadía: “La peli tenía muchos títulos según los mercados en los que se había estrenado, pero no se encontraba nada”. Sin embargo, este gestor de las páginas de Facebook Recuerdos de Gran Canaria, Recuerdos de Gran Canaria 2 y Cines Clásicos de Gran Canaria logró localizar en Internet este título largamente desaparecido en Canarias y del que la propia Toho negaba que existieran copias visibles en celuloide. “Me dio por intentar averiguar el título de la película con caracteres japoneses, puse la Wikipedia, busqué Mifune, su filmografía, y gracias al traductor di con la dirección de Twitter del club de fans de Toshiro Mifune”. Torres contactó con ellos, que le proporcionaron un enlace para descargar un archivo de 5 Gb, que resultó ser, para su gran sorpresa y alegría, una versión de excelente calidad de 10.000 millas de borrasca, de la que no había constancia de una edición en DVD ni en Blu-ray en Japón. El origen del archivo resultó ser de una emisión en un canal privado de la Toho en 2017. Tras este descubrimiento, se pudo abrir una negociación con la productora japonesa que derivó en la proyección en Las Palmas.

Esta hermosa experiencia de arqueología fílmica y recuperación del patrimonio cinematográfico canario, narrada en primera persona durante una conmovedora presentación en sala, se completó con la sesión inédita de un título del que todavía se desconocen muchos detalles. Nos hallamos ante la punta del iceberg, podemos plantear múltiples preguntas, que pueden suscitar otros tantos interrogantes. La película es una hermosa historia sencilla de gente sencilla, de héroes anónimos contemporáneos que arriesgan su vida cotidianamente en un trabajo extremadamente duro y peligroso. Lobos de mar errando en el océano, de paso por una isla remota para descansar. Seres que pese a unas condiciones de vida extremas mantienen sus convicciones, humanidad, dignidad y solidaridad; capaces de cuestionar órdenes y asumir responsabilidades, más allá de rutinas y normas, de la búsqueda de beneficios. Se intuye en sus rostros un drama interior, un sentido profundo, más allá del protagonismo de actores estrella y su interpretación ante las cámaras. Podría parecer un intento de actualizar la fórmula de películas de samuráis de Akira Kurosawa, con un tema radicalmente diferente y contemporáneo, que nos remite a temáticas y formas actuales, por ejemplo las practicadas por cineastas como Aki Kaurismäki. Se entrevé la autoría en la producción en este primer título de Mifune Productions, más allá de los cánones de la industria cinematográfica y las exigencias de la Toho, en una coproducción internacional que se nutre de cierta tradición de la cinematografía japonesa, al tiempo que aspira a dialogar con expresiones artísticas de carácter más universal. Una cinta de gran belleza ética y estética, que busca cierta coherencia y equilibrio en su forma-fondo, esa unidad que cohesiona y eleva hacia lo sublime. Su gran solvencia técnica y lograda confección artesanal permiten intuir un estilo cinematográfico propio, una visión personal y vivida, la subjetividad latente de un diamante en bruto, que quién sabe si con el tiempo llegue a ser considerada película de culto.


Atuneros japoneses en Las Palmas

Este recorrido por la bibliografía, recursos en línea, hemeroteca, presentación en sala, proyección y entrevista exclusiva con Sebastián Torres filmada el 23 de abril de 2024, nos ha permitido trazar el paso fugaz de una estrella desaparecida tras 10.000 millas de borrasca. Finalmente, la película producida y protagonizada por el célebre Toshiro Mifune, rodada en 1966, volvía a Las Palmas tras 58 años de ausencia. Para celebrarlo proponemos, a modo de epílogo, retornar al artículo publicado el 4 de diciembre de 1965 en El Eco de Canarias, pues ofrece un excelente resumen del argumento de Doto ichiman kairi: “El tema de la misma es, a grandes rasgos, el siguiente: el atunero “Higashimaru núm. 8”, si bien desarrolla normalmente su pesca, es el que ha dado menos porcentaje de recogida, según las últimas estadísticas de la Compañía japonesa con sede central en Misaki (Japón) y sucursal en Las Palmas. El capitán, Yano, desempeña también las funciones de patrón de pesca, y la Compañía estima que ésta es la causa de su clasificación. En vista de ello otro patrón de pesca, Murakami (Toshiro Mifune), que es mal recibido en el barco no sólo por la simpatía de la tripulación hacia Yano, sino también por su sentido de la autoridad y por su meticulosidad rectificando los hábitos de trabajo un tanto descuidados de la marinería. No obstante, se comprueba su pericia poco a poco, y si bien no es partidario de lanzar los sedales con frecuencia, cuando se decide lo hace con franco éxito. Un error del marinero Tsuda es causa de una grave lesión en su compañero Aoki que ha de ser traído a Las Palmas para ser ingresado en un hospital. Allí Aoki y Murakami conocen a la enfermera Yoko, de la que Aoki se enamora, pero con la que poco a poco irá intimando Murakami. Llegan las Navidades. Por una parte, Murakami sale a comprarle un regalo a Aoki y se encuentra con Yoko. Recorren la ciudad, asisten en el Pueblo Canario a unos bailes típicos, pasean juntos y regresan al sanatorio. Al mismo tiempo, Tsuda, sintiéndose culpable de las heridas de Aoka, se interna en la ciudad, se emborracha y decide no volver al barco, alojándose en las afueras de Las Palmas, en casa de una joven que ha conocido en una sala de fiestas. Sus compañeros lo buscan, en tanto que otros visitan la ciudad. Todo ello termina con un incidente en el puerto con otros pescadores españoles con los que habían tenido una discusión en el mar. La llegada de Murakami y una noble pelea con el capitán del pesquero español, González, que termina con un abrazo, pone fin al conflicto. Vuelven a salir al mar. La pesca se desarrolla con gran éxito. La tripulación continúa negando su simpatía a Murakami. Por el contrario, Yano si va comprendiéndolo, viendo que detrás de su inflexibilidad existe un caudal de nobles sentimientos, y sólo queda entre ellos un tanto de orgullo. De pronto, al tiempo que los sedales del barco se hallan totalmente colmados, el radiotelegrafista escucha un S.O.S. de un yate tripulado por un hombre y dos mujeres con los que días antes se habían cruzado. Hay una gran borrasca. Si bien la tripulación considera que no deben tomar ninguna decisión, Murakami opta por cortar los sedales, perder la pesca y aún con peligro de sus vidas acudir en socorro de los náufragos. Por un momento parece que la tripulación va a lanzarse sobre Murakami. Pero de pronto empieza a reaccionar en buena parte gracias al sentido de Yano y abandonan en el mar los sedales llenos y parten en socorro del pequeño yate. En medio de la borrasca, cuando los creían perdidos, los descubren en un bote salvavidas. Algunos se arrojan al mar. Los salvan. Y deciden regresar a Las Palmas con ellos y sin su pesca. Pero de pronto escuchan una bocina. Se acercan. Se trata del atunero español, el de González, que los felicita por su valor y como, además, ha podido recoger los sedales japoneses abandonados en el mar llenos de atunes, se los devuelve con grandes voces de amistad. Y Murakami decide que una vez dejados los náufragos en Las Palmas, proseguirán el viaje a Misaki.”

 

© Oriol Díez, diciembre de 2024

(1) GALBRAITH IV, Stuart; El emperador y el lobo. La vida y películas de Kurosawa y Mifune. Cult Books, 2021. Traducción de Mónica Rubio.

(2) MIRANDA, Luis; El héroe japonés. En: Catálogo 23º Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria. Las Palmas, 2024. Páginas 175-192. En línea en: https://www.lpafilmfestival.com/programa-2024/

(3) Toshiro Mifune. Official website. En línea en: http://mifuneproductions.co.jp/filmography/film_detail_089.php.

(4) GALBRAITH IV, Stuart; El emperador y el lobo. La vida y películas de Kurosawa y Mifune. Cult Books, 2021. Traducción de Mónica Rubio. Página 391.

(5) Íbid. Página 390.

(6) Declaraciones extraídas de Cinemap, Proyecto Cultural 2019 del Cabildo de Gran Canaria, organizado por el Centro de Cultura Audiovisual Gran Canaria. Se puede consultar en línea en: https://cinemapgrancanaria.com/films/423. Destacar que, además de Tirma, Moby Dick (John Huston, 1956) es la otra película de prestigio rodada en Gran Canaria en los años cincuenta.

(7) Algunos de los fragmentos de prensa de la época aparecen en el libro VV.AA.: Rodajes en Canarias 1951-1970, Filmoteca Canaria, 2012. Otros están disponibles en línea en JABLE. Archivo de prensa digital de la ULPGC (https://jable.ulpgc.es/). Los aquí comentados se hallan también en el mencionado Cinemap [ver nota 6], consultables aquí: https://cinemapgrancanaria.com/films/423

(8) En la película aparece como Toyo Fishery Co. Ltd.

(9) La proyección era uno de los títulos de la retrospectiva «Mifune estuvo aquí»: La fortaleza escondida (Kakushi-toride no san-akunin, Akira Kurosawa, 1958); El hombre del carrito (Muhômatsu no isshô, Hiroshi Inagaki, 1958); Ánimas Trujano (El hombre importante) (Ismael Rodríguez, México, 1961); 10.000 millas de borrasca (Doto Ichiman Kairi, Jun Fukuda, 1966); Infierno en el Pacífico (Hell in The Pacific, John Boorman, 1968); Sol Rojo (Soleil rouge, Terence Young, 1971). En línea en:
https://www.lpafilmfestival.com/2019/secciones-2024/mifune-estuvo-aqui-2024/

(10) En febrero de 2023 Toho saca la película en DVD:
https://tohotheaterstore.jp/items/TDV33103D