Archivo de la etiqueta: Stanley Kubrick

Z, la ciudad perdida

Estamos ante una apasionante, ejemplar y reflexiva película de aventuras, que retrata el contexto íntimo del explorador y que demuestra que James Gray, tan obstinado como el propio Fawcett, sigue nadando a contracorriente

La Biennale di Venezia 2015

«¿Y cuál es el cine que no queremos ver, que no necesitamos ver porque no nos conduce a ningún lugar, ni dentro de la filmografía de su responsable, ni dentro del mapa del audiovisual pasado, presente o futuro? (…)». Como cada año, Alejandro Díaz nos trae su meditada crónica de la Biennale de Venecia.

Perdida

¿Y qué suele filmar David Fincher? No muchos seres humanos, desde luego. Los personajes de sus películas tienden a ser más bien arquetipos profusamente definidos por largos antecedentes de guión.

Sitges 2012

Comienza la cuenta atrás para el fin del mundo. El trago será mucho más digerible si nos instalamos, como último año, en el 45º festival de Sitges. Mónica Jordan será nuestros ojos allí, antes del apocalipsis. Y CINE será lo último que vean sus ojos.

Vila do Conde 2012

«…Aquí la admiración se queda dentro de uno, y como mucho emerge en forma de mirada tímida y fugaz: ‘Su cine es maravilloso’ –les dije en secreto a Thom Andersen, a Olivier Assayas, a Philippe Garrel»: crónica del 20º Curtas Vila do Conde.

Tenemos que hablar de Kevin

Ramsay está más cerca del Alien que del Humano. Solo hay que mirar las caras y los cuerpos de Samantha Morton en «Morvern Callar» y de Tilda Swinton aquí, fijarse en cómo las ilumina, las encuadra y las filma: son de otro planeta…

Apuntes para una teoría del cine

En el arte, la idea del secreto no es nada nuevo. En cierto modo, es una concepción habitual de todo análisis –también del psicoanálisis clásico-, de todos los estudios hermenéuticos, heurísticos. La película guarda un secreto que es precisamente aquello que no se dice, aquello que no se declara…

De At Land a Between Two Worlds

Aunque las imágenes solo pretendan ser imágenes, con relativa frecuencia son mucho más que eso y activan metáforas conscientes e inconscientes por más que la intención del realizador no sea tal. Demasiado elemental, pero si no hubiera receptor, no las habría.