Notas tras la muerte de Angelopoulos
El cineasta griego Theo Angelopoulos llevaba dos semanas de rodaje y le aguardaban cuatro semanas más. «El otro mar» había de ser el título que ahora ya no está…
El cineasta griego Theo Angelopoulos llevaba dos semanas de rodaje y le aguardaban cuatro semanas más. «El otro mar» había de ser el título que ahora ya no está…
Un festival puede ser una experiencia extasiante, tanto que tras pasar diez días en uno de ellos podemos sentirnos completamente superados por todo lo vivido y visto. Carles Matamoros pasó por el Fin del Mundo en la 44ª edición del Festival de Sitges, pero ha vivido para contarlo.
Caminé por los pasillos y, de repente, me pareció ver a alguien conocido a lo lejos. Me impactó su visión y me detuve. Su rostro estaba más alto de lo habitual pero sus ojos eran realmente imposibles de evitar. Era Pablillos, colgado de un cuadro.
El filme lidia con el más viejo y a la vez el más profundo sueño del hombre: la reconciliación paternofilial. Quizás Malick no sea Tarkovski, pero su filme se parece mucho a esa isla del final de «Solaris» (1972): es el lugar, o el organismo, que hace posible esa reconciliación…
Lo que se filma, lo que se ve, es el Cine mismo y sus avatares: sobre la mesa yace fenecto lo que el cine ha dejado ignaro en sus elipsis. Lo ob-sceno: lo que queda fuera de la escena, reprimido y escamoteado a la visión…
En los trabajos de David Lynch, la imagen siempre se repite: la figura femenina emergiendo de un fondo oscuro. La figura femenina blanca, rubia y apolínea, rozando, paradójicamente, lo espectral. Un cuerpo femenino representado como un surgimiento…
scenario como proyección de la desazón interna de los personajes, el circo como línea de meta de la desintegración y el grupo montando su propio teatro sin saber demasiado bien si su vida es una función o la función es su vida…
Un estudio del filme revela que la más concienzuda organización del material en la sala de montaje permite la coexistencia de la libertad narrativa y de la coherencia expresiva, obteniendo como resultado de todo ello una obra organica…
El filme hereda del Romanticismo su visión del artista como demiurgo, como conexión entre el eclipasor y el eclipsado, y como único ser capaz de, a través de la autenticidad de su obra, explicar el mundo en el que vivimos.
Las pulsiones de muerte de las que hablaba Freud pueden surgir dentro de las pulsiones de vida, como el propio Tánatos convive dentro de Eros en la mitología griega…
Desde la primera aparición del mono-fantasma, el escenario queda establecido: entramos en un nuevo territorio. Su respiración, entre la espesura de la jungla, nos invita a acompañarle, nos introduce en una nueva dimensión…