Cisne negro
Se ha hablado mucho sobre la boba simplicidad de sus símbolos, de la lucha entre la pureza del blanco y la perversión del negro, pero ese maniqueo análisis deja de lado la persistente presencia del color rosa en las luchas de Nina…
Se ha hablado mucho sobre la boba simplicidad de sus símbolos, de la lucha entre la pureza del blanco y la perversión del negro, pero ese maniqueo análisis deja de lado la persistente presencia del color rosa en las luchas de Nina…
La autora propone un diálogo estético entre distintos filmes de Deren, Epstein y Grandieux. El montaje sugiere una estética común en el trabajo de los cuerpos que escapa de lo narrativo.
Sin alterar significativamente el patrón de su puesta en escena, Villamediana consigue que el sur se revele, literalmente, ante los ojos del espectador gracias a la fuerza de la luz y el color…
La presencia de Denis Lavant en los filmes de Claire Denis y Leos Carax motiva este montaje que reflexiona sobre el paso del tiempo en un cuerpo que corre y baila, pero que, inevitablemente, envejece.
Con esta película, Romuald Karmakar buscó adentrarse en las distintas manifestaciones de la escena electrónica germana, grabando el directo de proyectos tan dispares entre ellos como Tarwater, Xlover o Fixmer/McCarthy. Para ello renunció a cualquier atisbo de narración para dejarse guiar por la vibración del sonido…
Es indudable que Jean-Pierre Melville, Jean-Luc Godard y Leos Carax pertenecen a una misma estirpe de cineastas y forman parte de una misma familia del cine francés. Para muestra un botón.
Acercamiento, dividido en tres actos, a la obra de un cineasta que dialoga con los grandes maestros y promete seguir devastando paisajes cotidianos mientras subvierte nuestra visión de los géneros.
Esta charla con João Pedro Rodrigues, cuya breve pero sólida filmografía responde a nuestras inquietudes, nos revela a un cineasta de mirada visceral e íntima, personal e intransferible.
Conversación reposada con uno de los mayores cineastas franceses de nuestro tiempo. Lo físico nos lleva a lo pictórico. Lo literario a lo animal. Lo deseado a lo misterioso. Lo que importa, para el autor, es conservar la opacidad en el acto visceral de filmar.
En Transe y en Inland Empire, para hablar del mundo contemporáneo los directores necesitan reapropiarse del fantastique y dejar que este contamine sus filmes en un ejercicio que disuelve toda distinción posible entre lo real y lo fantástico. Para ello Lynch y Villaverde recurren a una formalización extrema del terror…
Una vez más, el reto consistía en escapar. Del retrato robot del “terrorista”, del romanticismo impostado del “revolucionario”, del historicismo reducido a fórmulas causa/efecto, de la dramaturgia de qualité… de tantas cosas. En la era del espectador malicioso…