La mirada a cámara en el cine de Aleksei German
El autor se acerca a un motivo visual recurrente en la trayectoria del deslumbrante cineasta ruso, que se ha despedido del cine con «Qué difícil es ser un dios».
El autor se acerca a un motivo visual recurrente en la trayectoria del deslumbrante cineasta ruso, que se ha despedido del cine con «Qué difícil es ser un dios».
Ambos filmes presentan la figura del doble como benefactor: alguien que hace un camino por la otra, que se sacrifica y muere para que la otra pueda vivir o ser liberada. Es así como las protagonistas tienen su segunda oportunidad, su “free replay”…
El filme recupera con interés el parto como cuestión matriz, aunque deviene en una forzada apología del alumbramiento natural. La elevación del doctor protagonista es su mayor escollo junto a una realización anodina…
El autor quiere gustar básicamente a quien entienda, ya sea de cine o de la vida, aunque forme parte de un grupo reducido. Y quiere mostrar todo lo preciso, para que la gente se quede con ganas de menos y no con ganas de más. Llega el turno de la provocación…
No es que sea una de sus mejores películas (¿volverá algún día a ofrecernos un título tan rotundo como lo fue Hana-Bi?), pero sí sabe, al menos, canalizar sus actuales intereses y obsesiones sin convertir la pantalla en un muro de extravagancias que deje fuera de juego al espectador.