Los Siete Transiteros (presentación)

Siete años de abundancia

 

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Según uno de los muchos mitos que circulan por (y más allá de) Internet, las células del cuerpo humano se renuevan por completo cada siete años. Lo que presupondría, en nuestro caso, que ya no somos literalmente los mismos individuos que lanzamos Transit en agosto de 2009. Aunque sea un bulo científico inconsistente que apenas contiene algo de verdad, no deja de ser tentador preguntarse en qué nos hemos convertido en este ciclo vital-cinematográfico que aquí celebramos. El siete, como es sabido, no es un número cualquiera y es probable que la cantidad de años elegida para el citado mito se deba al rol simbólico/místico que esta cifra ha ido acumulando a lo largo de los siglos en el imaginario popular y religioso (1). Quizás por idéntica razón (y no por esa otra tan manida del séptimo arte), nos hemos decidido a poner en marcha este especial justo ahora, cuando nos debatimos entre lo que fuimos y lo que somos.

El dosier que aquí presentamos no aspira a sentar cátedra. Ni mucho menos persigue el completismo (no hablamos en él de títulos tan esenciales como Seven, El séptimo cielo o La torre de los siete jorobados) o la erudición. Se trata más bien de un juego, entre lúdico y meditativo, en el que hemos contado con la participación de muchas de las personas que nos han acompañado a lo largo de estos siete años. Cada una de ellas eligió una o varias películas (a conciencia o aleatoriamente) vinculadas de algún modo con dicho número, que dieron pie a este conjunto de reflexiones escritas y audiovisuales tan breves como ricas en su variedad.

La tradición judeocristiana pesa en algunas de las elecciones (desde El séptimo sello hasta La séptima profecía, pasando por los socorridos pecados capitales en Siete bellezas), pero la superstición en forma de slapstick (Siete ocasiones y Siete años de mala suerte) o de giallo (La dama roja mata siete veces y Siete muertos en el ojo del gato) también tiene su lugar destacado, así como la cosmología (Armonías de Werckmeister). El especial tampoco se olvida de los clásicos populares (como Siete novias para siete hermanos o Los siete samuráis), mientras descubre curiosas conexiones numéricas (Tras la pista de los asesinos y Siete días de mayo), algún encuentro entre el cine y lo autobiográfico e incluye textos, imágenes y vídeos en los que las razones de la elección de tal o cual siete quedan sin resolver.

Llegados a este punto, y celebrando la feliz andadura de nuestra publicación, solo podemos agradecer estos siete años de abundancia cinéfila y confiar en que, al contrario de lo que presagiaba José en el Génesis, no nos toquen ahora siete años de hambre (2). Desde luego, lo nuestro no son ni las profecías ni las lamentaciones, por lo que este especial es solo un paso más en la trayectoria de Transit, del que esperemos que disfrutéis a fondo antes de que llegue el Apocalipsis con sus temibles siete sellos y su célebre cordero de siete cuernos y siete ojos.

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(1) Recomendamos leer el espléndido ensayo académico “El siete, número cósmico y sagrado. Su simbología en la cultura y rendimiento en el Romancero”, de Eduardo Tejero Robledo, para conocer el rol simbólico del número siete.

(2) “Vienen siete años de gran abundancia en toda la tierra de Egipto. Tras ellos seguirán siete años de hambre: toda la abundancia será olvidada en la tierra de Egipto, y el hambre consumirá la tierra” (Génesis, 41:29-30).

 

© Carles Matamoros Balasch, agosto 2016